La
elección del 2 de octubre probó lo polarizado que está Colombia, en términos
prácticos (y simplistas), la mitad del país está dispuesto a otorgar N
concesiones a las Farc con el sueño que se desmovilicen y la otra mitad piensa
que N es un precio muy alto a pagar. Las campañas, de un lado y del otro estuvieron
plagadas de información a medias, desinformación, caudillos y movimientos
ciudadanos que por múltiples razones aducían su voto al SÍ o al NO. Sin
embargo, en muchos de los que votaron SÍ, quedó un tufillo de que les robaron y
de que unas personas presas de la desinformación y el miedo (la masa
ignorante), lideradas por un grupo de villanos malvados vencieron a los
notables ciudadanos, informados y educados. No es así.
El
economista (y genio) Bernardo Brigard Posse, hizo un análisis muy juicioso de
entender cómo votó el país, cogió las votaciones en cada departamento y las
contrastó con datos como educación, PIB y SISBÉN. Quiero compartir y analizar
aquí algunas de sus perlas, para meterle elementos objetivos a la discusión.
TASA DE ANALFABETISMO VS. VOTOS POR EL SÍ
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El
principal mito de estas elecciones reza que las personas menos educadas, son
más manipulables o no tienen la capacidad de compresión requerida para votar
SÍ. Este análisis hecho con los promedios departamentales de analfabetismo y
cobertura en educación media, nos muestra que, en los departamentos donde hay
menos cobertura educativa y más analfabetismo, ganó el SÍ y la tendencia no es
nada despreciable (la línea punteada marca la tendencia). Es decir, los menos
educados votaron por el SÍ, lo cual tumba este mito.
PIB DEPARTAMENTAL VS. VOTOS POR EL SÍ
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Una
tendencia similar ocurre cuando evaluamos la relación entre ingresos y votos
por el SÍ. El análisis nos permite ver que los departamentos con menor PIB y
dónde hay más personas en SISBÉN, votaron en mayor proporción por el SÍ.
La
posición que los del SÍ lo hicieron informados y los del NO desinformados, no
solo es arrogante, sino que no es basada en ninguna prueba real, por lo
contrario, si comparamos la premisa que los pobres y menos educados normalmente
están más desinformados que los ricos y educados, acá pasó lo contrario.
Como
producto del resultado de la consulta del plebiscito, muchos jóvenes han
manifestado, física y digitalmente, su inconformismo con la falta de una ruta
clara de acción y están exigiendo vehementemente un #AcuerdoYa. Considero que
este ejercicio (bello e inspirador) debe basarse en los valores de la
comprensión, tolerancia y paz, y no en recriminarles a las personas que no
avalaron los acuerdos su negativa en el plebiscito. El ejercicio democrático es
legítimo, y tenemos que entender que acá la mitad del país no acepta los
acuerdos, y tienen argumentos tan valiosos como los que sí los aceptamos.
Partamos de esa premisa y comencemos a escucharnos, no alienemos a los que
piensen diferentes ni los tildemos de poco educados y manipulables, que
fácilmente puede ser el argumento de algunos para explicar el voto del SÍ.
Amor
y paz
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