En estos dos casos, la Edad de Oro se sitúa en el
pasado, mientras que en países como Colombia que es el reflejo de lo
que sucede en Occidente la época dorada pertenece al futuro. (…) Si admitimos
que el futuro pertenece a los innovadores, resulta que hoy día Colombia es
visto como un país de Futuro, acaba el país de ser honrado con la distinción
del Premio Nobel, no solo en cabeza del Señor Presidente
la República, sino en el de todos los colombianos, porque todos apostamos
a una paz posible en el cercano tiempo.
Está demostrado que en todos los lugares donde la
opresión política, religiosa o étnica disminuye, el espíritu crítico se impone
y propicia el progreso de las sociedades. Como Colombia ha despertado y se ha
manifestado no que está en contra de la Paz, sino por el contrario que tanto
unos como otros ven posible una Paz ajustada a las necesidades actuales
y eso es esperanzador para llegar a un acuerdo posible pronto.
Colombia y la región Atlántica y del Caribe vienen sufriendo
adaptaciones y actualizaciones que con excepción de Cuba o Venezuela, se podría
decir que existe una planimetría democrática en la Región. A pesar de un
subdesarrollo muy sufrido por américa latina en todo el Siglo XIX y XX; el
Siglo XXI asoma como una esperanza de superación de esos terribles años casi de
anarquía vividos en este lado del Atlántico y del caribe, sin lugar a dudas
Colombia un protagonista de primera línea en esos vientos de cambio
y resolución. Está claro que ni el populismo ni falsas ilusiones del
nacionalismo, pueden detener esa apertura tanto democrática como económica que
vive Colombia, es decir occidente mismo.
Al escuchar al Premio Nobel; Vargas Llosa, (1) podemos decir con claridad
que nos esperan años venturosos, pero no ajenos a dificultades por superar,
como la corrupción y la falta de gobernanza en muchos lugares, donde la
ausencia del Estado, sigue siendo el gran tropiezo para el ingreso a un mundo
civilizado, igualitario y verdaderamente democrático.
Sin embargo, otras regiones del mundo civilizado, comparten índices de
progreso y esperanza. La India, que en 1950 era la nación más pobre del mundo,
en tan solo 40 años, ha logrado sobreponerse a pesar de la gran influencia
religiosa, a la marcada pobreza, reduciéndola a un solo dígito; e incursionando
en campos científicos y de progreso como la Industria cinematográfica, donde
seis de cada diez producciones mundiales, tienen el sello de esta nación
asiática.
Igualmente Japón y Corea del Sur, comparten el liderazgo en cuanto
innovación y perfeccionamiento de tecnologías; esto es tan evidente que de un
trimestre a otro; un electrodoméstico o un computador personal, pueden ser
catalogados como obsoletos o desactualizados. Y si bien, son naciones del
otro extremo del mundo, con una cultura milenaria y difícil de entender y
contemporizar, si es posible contextualizarla a través de la tecnología. Lo que
hace verdaderamente libres a los hombres de hoy; es el acceso a las
comunicaciones y a los servicios tecnológicos.
La Universidad de los Andes de Bogotá, en su Revista Estudios Sociales de
diciembre de 2005, (2) hace un enfoque acerca de la importancia de la
Tecnología como partidor de paradigmas y estigmas entre Norte y Sur; la gran
complejidad para entender el freno al desarrollo.
Es por ello que el reto para Colombia, será ser más influyente cuando
comprendamos que nuestras limitaciones son solo de tipo geo mental e históricas;
ya que poseemos todo el potencial y herramientas para contribuir a participar
de un mundo globalizado pero igualitario a través de la educación, la
tecnología y el acceso a servicios esenciales; que son el pilar de las
sociedades completas.
Si la antigüedad sobresalió por sus maravillosos imperios; la modernidad
dejará su huella, precisamente por el acceso igualitario a los servicios
básicos; y como retribución a esa sociedad; el desarrollo nacido de una
democracia sólida, participativa, transparente y con una influencia clara de su
modo de gobierno.
Queda planteado el reto; para contribuir a esa sociedad colombiana
pacífica, progresista, soñadora; es decir; una Colombia posible.
publicada en EL PAÍS, Madrid
(España), 18 de septiembre de 2016.
2 ‘Anotaciones para una
agenda de investigación sobre las relaciones tecnocientíficas Sur-Norte’, Alexis
De Greiff y Mauricio Nieto. https://revestudsoc.uniandes.edu.co/index.php/es/revista-no-22
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