La semana pasada finalizó, con
preocupación y pensadera para los militantes del Partido Verde, de Compromiso
Ciudadano y del Polo Democrático Alternativo, con el amague de ruptura de la
Coalición Colombia. Sentimos que se repitió lo que en algún momento pasó en las
negociaciones de paz, en Quito o en La Habana, en vez de discutir y confrontar
tesis en la mesa, salieron a medios a evidenciar diferencias.
Cuando empezaron a volar trinos, la
angustia invadía a todo el mundo, pues se esperaba la ‘andanada’ del Senador
Robledo fiel a su estilo. Paradójicamente Robledo hizo todo lo contrario y
conocimos un nivel de estadista hasta hoy inédito, pero que muchos celebramos.
De manera impecable, cual chef, hizo orden tocando una copa con un tenedor.
Sofocó el escándalo con un sonoro pero delicado campanazo de cristal.
Toda negociación requiere como las
buenas recetas tiempo de cocción, garantizar que los ingredientes se
homogenicen sin perder el sabor propio, garantizar que la presentación y el
condimento atraigan al comensal para encontrar el verdadero gusto del plato.
Nuestro llamado es tener paciencia en
la preparación de nuestra receta. No podemos exasperarnos y abrir la llama a
todo pedal, pues seguramente se arrebata y daña la preparación. Obviamente
tampoco podemos sobre cocinar el plato pues se ahúma y ni para probar sirve.
Hay que seguir cocinando. Los
acuerdos, las cantidades, los tiempos, los ingredientes, las ollas y la lavada
de platos, son temas de la cocina. No hay que vociferar a los invitados, es
tiempo de trabajar en la cocina, ya llegará el tiempo de servir. Por lo pronto
la responsabilidad es de nuestros tres cocineros: la politóloga, el arquitecto
y el matemático.
Este es el preciso instante en que
otras fuerzas progresistas entienden la necesidad de juntarse y se nota que
también están guisando, los estilos y sabores son parecidos y muy colombianos,
caben perfectamente en la misma mesa.
Por ello abogamos por que la
Coalición Colombia mantenga sus esfuerzos por seguir juntos, estamos muy cerca
de tener dos grandes núcleos de gente decente haciendo política y consolidando
voluntades y carácter.
La línea es clara y estamos al tiempo
justo. Cómo dice un ‘Man’ que hoy aspira al Senado desde una plataforma de
pequeños movimientos sociales y de afectos: “¡Tranquilo mi viejo, hay que
esperar, sólo falta un hervor!”. Tengamos paciencia que ya la mesa está
preparada y como augura Fabio, tendremos un excelente banquete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario