El sector de San Victorino, en Bogotá DC, está encerrado con unas vallas y
personal de la Policía Metropolitana de Bogotá controla el ingreso a la zona.
/ Foto: Robinson Ospina Buitrago, CIUDAD PAZ.
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- Redactor de CIUDAD PAZ
En el centro de Bogotá se respira un ambiente de tensión entre los vendedores ambulantes y la Policía Metropolitana de Bogotá.
Los vendedores informales del centro de la capital rechazan las medidas ordenadas por el alcalde Enrique Peñalosa, quien habría ordenado a la Policía ejercer control extremo a las actividades comerciales de este sector de la economía informal.
Según Francisco Pérez, quien ejerce esa labor en el centro desde hace más de 12 años, “los vendedores ambulantes nos sentimos perseguidos, nos decomisan la mercancía, incluso, a algunos de nosotros nos han encerrado. En la mayoría de casos, la Policía ha recurrido al uso de la fuerza”.
La tensión crece entre vendedores
informales y la Policía Metropolitana.
/ Foto: Robinson Ospina B.
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Leydy Narváez –comerciante de 26 años, del local 101 del Centro Comercial Nuevo Panamá, ubicado en la Carrera Décima con Calle 12, frente a la estación de Transmilenio San Victorino– sostiene que debido a la presión constante de la Policía “y a pesar de que ya empezó la Novena, la supuesta temporada navideña no empieza”.
Los comerciantes formales e informales se quejan por las ‘cercas’ que colocó la Alcaldía encerrando todo el sector de San Victorino.
“La gente no pasa, piensa que ha pasado algo. La Policía sólo se preocupa en esta Navidad por perseguir a los vendedores ambulantes y son ellos quienes atraen a los clientes. A la gente le gusta venir al centro a buscar cosas económicas y eso es lo que se ofrece en la calle. Los vendedores ambulantes atraen a la gente y terminan comprando en todo lado. Pero, ahora se siente una tensión muy maluca”, afirma la comerciante Narváez.
“Para estos días, el año pasado los vendedores ambulantes estaban debidamente organizados y controlados por los Gestores de Convivencia de la Bogotá Humana. Las ventas fueron más del doble que ahora”, enfatizó Narváez.
Los enfrentamientos entre los vendedores ambulantes y la autoridad han sido constantes. Una mujer resultó herida.
“Este año no ha habido equidad social. Nos persiguen como si fuésemos delincuentes, cuando sólo tratamos de buscar el sustento diario de nuestras familias”, dice Juan Matías Martínez.
Por su parte, el comerciante Genaro Londoño afirma que las medidas adoptadas por la Administración Distrital “afectan a los vendedores ambulantes, a los comerciantes formales y a los clientes que no pueden acceder a las ofertas que ofrece el sector de San Victorino”.
Berenice Sánchez, vendedora informal, sostiene “esta ha sido la peor temporada de los últimos 15 años. Siempre me rebusco vendiendo a buen precio lo que la gente viene a buscar, pero este año no he podido ni recuperar lo que invertí comprando la mercancía. No es justo que nos acorralen tanto”.
Comerciantes formales e informales claman por un comercio informal organizado.
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